Sor María de la Asunción
(Eustaquia Monedero de la Calle). La vida de esta religiosa se considera una epopeya de dolor cristiano. Nació en Anaya (Segovia) el 20 de septiembre de 1864 siendo sus padres Gaspar Monedero y Valentina de la Calle, era hija de las terceras nupcias contraídas por su padre. Solicitó su admisión en las Concepcionistas de San José en 1889 cuando tenía 25 años. Nada más emitir sus votos solemnes, se le encomendó la enfermería.
Las testigos de su actuación resaltan la paciencia, el cariño y solicitud que derrochaba en el cuidado de las enfermas y ancianas. Tenía cincuenta y pocos años, cuando declaró un proceso reumático muy fuerte y degenerativo. Desde ese momento su vida se vio reducida a la más absoluta de las incapacidades, necesitando ayuda para todo. Este sufrimiento prolongado físico y moral, tocó techo cuando la sacaron del piso, donde se refugiaban, sin que ella pudiese valerse por sí misma y bajar las escaleras.
Al estar imposibilitada para caminar y estando en silla de ruedas, querían tirarla por las escaleras. Gracias a los ruegos del portero del edificio, el mismo se ofreció a bajarla. Después de esto, fueron llevadas todas al martirio definitivo.
Ella vivió en el piso de Manuel Silvela durante tres meses. Sus últimas horas fueron de amargo desamparo, espantosos dolores físicos y del trato soez e inhumano recibido.