Historia

Santa Beatriz de Silva
Cuadro de Santa Beatriz Fundadora. Al fondo, San Francisco y San Antonio, pintado en 1618. (Anónimo).

Santa Beatriz de Silva es considerada como la fundadora de la canónicamente denominada Ordo Inmaculatae Conceptionis, o sea, la Orden de la Inmaculada Concepción (OIC). Pero la orden propiamente dicha, se constituyó como tal después de su muerte. La santa murió aproximadamente el 9 de agosto de 1491.

Beatriz, comenzó en la ciudad de Toledo, la fundación de una institución monástica, que exaltaba a la Virgen María, como mujer elegida en el misterio de su Inmaculada Concepción. Este era un pequeño grupo de portuguesas y castellanas, que tenían un perfil inédito en el panorama religioso y cultural de aquella época. Ellas defendieron, al igual que ya lo hacían los franciscanos, que la Madre de Jesús fue concebida sin pecado original.

La Bula Inter Universa

La OIC, no fue fundada en una fecha exacta. Es el resultado del desarrollo fundacional posterior. Sin embargo, consideramos el año 1489 como clave para lo que sería posteriormente nuestra orden, ya que el 30 de abril de ese año, el papa Inocencio VIII, mediante la Bula “Inter Universa”, accede a la solicitud formulada por Beatriz de Silva e Isabel la Católica, en la que mediante dos manuscritos solicitan a su santidad, transformar el beaterio fundado cinco años antes por Beatriz con doce mujeres devotas, en convento de monjas de clausura.

El lugar elegido para este fin eran los Palacios de la Galiana, cedidos por la reina y donde funcionaba el pequeño grupo de religiosas. Por ello, se considera la fecha del 30 de abril de 1489, como el inicio de la existencia de la Orden de la Inmaculada Concepción, ya que es cuando se obtuvo el primer documento pontificio referido a él.

La Bula Inter Universa, proporciona la base jurídica para crear el primer convento en todo el orbe cristiano, puesto bajo el título de la “Concepción de la Bienaventurada Virgen María”.

Este acontecimiento, representó un hito importante dentro de la iglesia, tomando en cuenta que el misterio de la Inmaculada Concepción, fue elevado a dogma hasta el año de 1854 por el papa Pío IX, mediante la Bula “Inefabilis Deus”, (documento pontificio que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción).

La Orden, cuenta con Regla propia: Ad Statum Prosperum, dada por el papa Julio II en 1511. Al aprobarla, reconoció este carisma como un regalo que Dios hacía a su iglesia, aceptó su conjunto de ideas, opciones evangélicas, espiritualidad y con ello, su identidad, naturaleza y fin.

El proceso fundacional de nuestra Orden, continuó según las pautas trazadas por Santa Beatriz, superando numerosos obstáculos. Esto fue posible gracias a la primitiva comunidad y especialmente a Juana de San Miguel, a Isabel la Católica y a los franciscanos, a éstos últimos previamente, Beatriz había pedido su tutela y apoyo para la fundación de la orden.

A lo largo de los siglos, algunas monjas de la Orden de la Concepción se hicieron célebres por su vida y sus escritos. Entre ellas destacamos a sor María de Jesús, abadesa del Monasterio de la Concepción de Ágreda, en España, autora famosísima de la obra, Mística Ciudad de Dios, escrita en ocho volúmenes. Este libro, ha sido traducido y estudiado en numerosas lenguas, incluido el árabe. También a sor Patrocinio de las Llagas, tuvo el mérito de ser en el siglo XIX, fundadora y reformadora de 24 monasterios en España. Así mismo tenemos a sor María de los Ángeles Sorazu, ella es escritora y una de las mayores místicas de España. Puedes conocer más sobre nuestras Venerables Místicas aquí.

Lo particular y único de nuestro hábito

Es importante destacar que la vestimenta que tanto caracteriza a las monjas de la Orden de la Inmaculada Concepción, está llena de detalles y simbolismos únicos. Nuestra fundadora, apoyada por la Reina Isabel y siguiendo el mandato dado por la Virgen María, lo describió así: “que las monjas vistiesen con una túnica y escapularios blancos y con un manto azul encima de ellos”. De manera simbólica, se vestirían como la Virgen en la invocación de su Concepción.

Sobre el hábito, el escapulario blanco y el manto color celeste, llevarían fijada una imagen de la Virgen. El “coloris celestis”, era un azul celeste, un color muy importante y novedoso para la época.

Manto en el hábito de la religiosa Concepcionista Franciscana
El manto y medalla en el hábito de una Concepcionista Franciscana.

Cordón en el hábito de una religiosa Concepcionista Franciscana
El cordón con tres nudos, símbolo de los votos conventuales.

Ningún hábito monástico se le asemejaba hasta entonces al que Santa Beatriz pedía a la Santa Sede, pues las monjas de la época vestían de negro, gris, marrón o blanco, pero nunca de azul celeste o con la Virgen María representada con tanta gloria en los medallones.

Nuestro hábito concepcionista es un vestido de anuncio y celebración festiva. Es de color blanco para que dé testimonio de pureza virginal del alma y del cuerpo, en clara relación con el simbolismo de la luz, para significar la presencia de Dios; y el manto color azul cielo, representa la maternidad divina de la Virgen María, quien es el tálamo, es decir, el lugar donde el Padre encarna a su Hijo para establecer las nupcias entre su Hijo y la Iglesia.

Es una vestidura triunfal y profundamente teológica, llena de símbolos inmaculistas, que evocan luz, cielo y redención y que está inspirado en las Sagradas Escrituras.

Rostros de religiosas Concepcionistas Franciscanas
Religiosas Concepcionistas Franciscanas con el hábito de la Orden.

El cordón de cáñamo es otro elemento constitutivo del hábito. Santa Beatriz de Silva, quería que sus monjas ciñesen un cordón con cuatro nudos semejante al de San Francisco, según la tradición franciscana, símbolos de los votos conventuales de pobreza, obediencia, castidad y clausura.

Significado de nuestro escudo

Escudo de la Orden de la Inmaculada Concepción.

León: símbolo del escudo de la familia noble de Santa Beatriz.
Azucena: refleja la pureza de la Virgen. La flor está en un recipiente que contiene tierra y significa que Cristo se encarnó en nuestra naturaleza humana.
Estrella: es el símbolo de la santidad de Santa Beatriz.
Escudo de la ofm: Es el vínculo histórico y mariano con la Orden de Frailes Menores.
Báculo: Santa Beatriz es la fundadora de la Orden Concepcionista con Regla propia.
Cordón: de color blanco al estilo de los frailes menores.
Azul y blanco: los colores que la virgen le pidió a Santa Beatriz que llevase el habito de la nueva orden.

La expansión de la OIC

El primer monasterio de la Orden de la Inmaculada Concepción se le conoce como la Casa Madre o protomonasterio. La primera comunidad de religiosas tuvo sus inicios en el convento de Santa Fe, donde vivió y murió Santa Beatriz.

Estas primeras religiosas se trasladan en 1494 al monasterio de San Pedro de las Dueñas, edificios que se encuentran dentro de lo que se conoce como Palacios de la Galiana, instalaciones que anteriormente habían pertenecido a la orden de San Francisco. En 1501, se instala la comunidad a lo que es su actual convento.

Las primeras fundaciones aparecieron en la Diócesis de Toledo, siendo el de la Concepción Francisca de Cuenca (1504), el segundo monasterio que se abrió. Luego siguió el de Torrijos (1507). A partir de allí, comenzaron a expandirse por otras regiones de España.

La Orden de la Concepción tuvo un crecimiento rápido. Contribuyó, no poco a ello, la Orden de San Francisco. Por aquellos años, la orden ejercía gran atracción sobre las mujeres que deseaban ser religiosas y también sobre las familias de la nobleza que patrocinaban muchas fundaciones.

El monasterio de la Concepción de Santa María, Libera nos, en Roma junto al Capitolio, fue el primero fundado fuera de España, el cual no existe en la actualidad.

La Orden de la Concepción fue la primera orden femenina en el Continente Americano. En 1540, llegaron a México las primeras concepcionistas, procedentes de Toledo.

En el siglo XIX se hicieron dos fundaciones en Francia, pero duraron poco. Al finalizar ese siglo, a pesar de varios cierres, todavía existían cerca de 150 conventos en Perú, Ecuador, México, Brasil, Colombia y Bolivia; 93 en Europa, casi todos en España; dos en Portugal y dos en Bélgica.

El siglo XX quedó marcado por el testimonio de las 14 mártires Concepcionistas que el día 22 de Junio de 2019 la Iglesia elevará a los altares como beatas.

En este siglo XXI, la Orden ha llegado a nuevos lugares: Malabo, en Guinea Ecuatorial; Goa y Kerala, en India y a El Salvador y Honduras, en América.

La Orden de la Inmaculada Concepción cuenta en la actualidad con cerca de 150 monasterios en Europa, América Latina, África y la India. En España, hay 59 monasterios. Todos agrupados en federaciones.